Oír, ver y sentir las marcas

Empresas deben aprovechar más las distinciones no tradicionales y protegerlas

Aunque estamos habituados a ellas porque las vemos, escuchamos y hasta olemos, muchas veces no les damos relevancia a dichas sensaciones.

Sin embargo, inmediatamente sí las asociamos a una firma comercial, porque son sonidos, olores, gestos y hasta imágenes animadas que complementan la composición de la marca que, aunque no esté registrada, sí goza de notoriedad y reconocimiento.

Hablamos de las marcas no tradicionales, un activo que puede tener a mano para su patrimonio, porque dichos estímulos son un conjunto de signos que distinguen productos y servicios.

Un ejemplo de cómo un sonido puede reforzar el reconocimiento de una marca es el chillido del águila, el cual asociamos inmediatamente a la cerveza Imperial, ¿cierto? Otra empresa que ya cuenta con su registro de marca sonora es Casa Blanca con su famoso “¡Urria, urria!”.

Actualmente, con la reforma a la Ley de Marcas y Otros Signos Distintivos, los sonidos están entre las marcas registrables y a pesar de que es un recurso con el que ya contamos, todavía no se ha explotado lo suficiente.

Muchas empresas utilizan sonidos como signos distintivos, pero aún no los han inscrito en el Registro de Propiedad Industrial, por lo que no se pueden proteger y mucho menos percibir alguna remuneración económica.

Olor, sabor, imagen

Bolas de tenis con olor a zacate recién cortado o llantas para carro con “un aroma floral” son algunos aromas registrados en el Reino Unido. ¿La razón? Se dice que los recuerdos olfativos figuran entre los más evocadores y seductores, por lo que algunos fabricantes están cada vez más interesados en que asociemos sus productos con aromas agradables.

Para obtener el registro de una marca olfativa, el solicitante debe representar visualmente el aroma del producto y demostrar que el aroma no es el producto mismo, sino únicamente su signo.

Por ejemplo, Chanel quiso registrar su conocido perfume Nº 5 como marca olfativa, pero fue rechazada, porque la fragancia del perfume es la esencia misma del producto.

Los hologramas, gestos y las imágenes animadas o en movimiento, también se pueden registrar; este es el caso del logotipo de la 20th Century Fox Film Corporation, el cual está protegido.

¡Sáqueles provecho!

Registrar una marca es un procedimiento recomendado, pues sirve para distinguir productos, servicios, establecimientos industriales o comerciales.

Además, recordemos que un título de propiedad de marca otorga el derecho exclusivo, garantiza la obtención de ganancias financieras, la publicidad, prohibición de uso a terceros y disminuye la competencia desleal.

Lograr destacarse y posicionarse de manera exclusiva e inconfundible en la mente del consumidor implica ser cada vez más creativo, invertir tiempo y dinero en el desarrollo de nuevas técnicas de atracción y no solamente fijar su atención en la calidad o en los precios de sus productos.

Por ello, las marcas representan un activo valioso en las empresas que afortunadamente nuestra legislación permite que se protejan, así que solo resta dar el paso y convertir esas invenciones en patrimonios de su empresa. ¡Adelante!